El Síndrome de Desgaste Profesional o Burnout es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral y, aunque no es considerada una enfermedad en sí misma, se reconoce como el detonante de otros problemas de salud física y mental más graves.
El Síndrome de Burnout (SB), también conocido como síndrome de sobrecarga emocional, síndrome del quemado o síndrome de fatiga en el trabajo, fue declarado en el año 2000 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida de quienes lo padecen.
Cuando una persona presenta el síndrome de desgaste profesional puede sentirse agotada todos los días, tener una actitud cínica, sentirse desmotivado e insatisfecho con su trabajo, y puede estar acompañado por síntomas físicos tales como dolores de cabeza, náuseas y dificultades para dormir. Es por eso que es importante reconocer y tratar tempranamente esta situación con orientación psicológica y apoyo, ya que la mayoría de las personas comienzan a sentirse mejor y se recuperan rápidamente.
Comenzó a ser diagnosticado en la década del 70 en Estados Unidos para referirse a las personas que cada día perdían energía y les comenzaba a faltar interés por su trabajo, pudiendo llegar incluso a generar trastornos ansiosos o depresión, debido a que es una fase de estrés agudo y afecta todas las dimensiones de la existencia de quien lo padece. Por ejemplo, uno de los síntomas más comunes del Burnout es la despersonalización, lo que tiene que ver con sentimientos negativos hacia los otros, deshumanización. Otros síntomas pueden ser estados de agotamiento emocional, sensación de desgano, de vacío y/o una baja autoestima personal y profesional en el ámbito de la realización.
Así mismo, es un síndrome que generalmente se da cuando se está muy expuesto a personas muy demandantes de atención y/o cuidado; como niños, personas enfermas, clientes demandantes o contextos altamente exigentes, por lo que también se da mucho en el ámbito de la salud y la educación. Generalmente está subdiagnosticada y en Chile existen altos índices de personas con Burnout, por lo que es muy positivo que las organizaciones implementen iniciativas que faciliten el diagnóstico y provean herramientas de autocuidado a sus colaboradores, esto para que se puedan detectar los síntomas de estrés y casos de Burnout de manera temprana, para así poder implementar medidas de autocuidado o buscar ayuda.
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